Pasa el tiempo y el cirujano no logró dar con el alma
el soñador sigue confundiendo a las libélulas con hadas
y nosotros nos estrellamos contra el muro de nuestros deseos
y afinamos cada día, por si acaso, las guitarras.
José Ignacio Lapido
Ladridos del perro mágico, 1999
Soy de los que afinan cada día, por si acaso, la guitarra, aunque debería hacer una reflexión más profunda para saber si mis deseos levantan un muro contra el que sigo estrellándome. Creo que ya no, pero lo meditaré con más calma, por si acaso...
Siempre me ha seducido la idea de tocar en el metro, pero ahora, por lo menos en Barcelona, no puedes hacerlo así sin más: es necesario pasar una prueba de selección y después presentarte a unos sorteos quincenales en los que se asignan las estaciones y los horarios más solicitados. El examen consiste en preparar un repertorio variado de unas veinte canciones e interpretar algunas de ellas escogidas al azar ante un jurado que evalúa las capacidades del aspirante.
Hay gente que ve en esta actividad muchos parecidos con pedir limosna, pero yo no lo entiendo así. Es cierto que la mayoría de músicos que la practican dejan la funda del instrumento abierta para que el que quiera eche unas monedas al pasar y así se sacan un dinerillo, pero esto no deja de ser muy diferente de como ha de obtener su paga un profesional liberal a día de hoy en esto que llamamos España, y hablo desde la experiencia del arquitecto que, a pesar de no ejercer desde hace ya algún tiempo, aún no se olvida de sus impagados, especialmente de los que no han satisfecho los honorarios acordados en su momento porque no les da la realísima gana.
La próxima convocatoria es dentro de un par de semanas y estoy tentado de asistir. Si llegara el momento de dejar la tapa de la funda de mi guitarra abierta en alguna de las estaciones del metro de Barcelona, creo que sería interesante presentarme al público exhibiendo algún título que ilustre mis actuales circunstancias, pero no querría en ningún caso despertar lástima en mis potenciales patrocinadores, y por eso estoy dudando qué cartelito poner, si el de ESCRITOR o el de ARQUITECTO. ¿Cuál de los dos pensáis que provoca menos conmiseración hoy en día?
16 comentarios:
Creo que pasarías sin duda el examen de cantante (yo te pediría que no incluyeses en el repertorio La Chica de Ayer, aunque lo harías de todas formas).
Conforme iba leyendo pensaba: pero si tú eres escritor!!
Avanzamos??
También eres atleta. Ironman. Haces las gachas como nadie. Filósofo. Y escritor.
Rafa, avanzamos, imperceptiblemente de momento, pero por lo menos sin la sensación de estar perdiendo el camino. Gracias por tus palabras. Quizás eche de menos en breve algún corista a mi lado desgañitando el "Suit chal o nain".
Cualquiera de los “calificativos” podría servirte, somos escritores y construimos nuestra vida día a día. Sí es un cliché pero es la verdad, nos podríamos identificar con cualquiera de los dos oficios. ¿Lo que provoque? déjaselo a los demás, no es nuestro problema dirigir lo que sientan los otros.
Gracias por tu compartir.
Un abrazo
El problema de tocar en estos sitios publico, es que el arte se desvanece y pocos son los que le dan el aprecio que realmente merece....
Seguro conoces la historia del famoso violinista Joshua Bell, el cual fue ignorado por miles y miles de traseuntes que pasaron frente a el, al final, creo que solo un niño quedo impresionado de su melodia....
El problema aca se presenta, pues muchos creen que el que toca un instrumento en la via publica es para recaudar ayuda economica, antes que otra cosa, no se, opino yo....
Por lo que cuentas en tu post, creo que el gobierno ya quiere hecharle mano y control al hecho de tocar en lugares publicos, no te extrañe que al corto tiempo, empiecen a cobrar impuestos, pues se sabe que es mucho dinero que recogen los artistas de esta forma...mas del sueldo minimo en pocas horas...en fin.
Como sea, el unico que sabe que hacer y que tocar eres tu mismo, nadie te conoce mejor.
Suerte y saludos
India Rebelde
Escritor, Arquitecto, Músico. Los tres. Yo pondría los tres, en tu caso. En el mío, no pondría Filólogo, porque suena a pitorreo, y mucho menos Profesor de Secundaria, porque suena a más pitorreo todavía.
Joder, creo que quien debe irse al metro soy yo. Pero no sé tocar nada. Cantar tampoco.
Jose, gracias por subirme tanto la moral, jajajaja, entro para deleitarme con tu prosa y salgo por la puerta de atrás con la sonrisa helada y la lengua muerta y fría en la boca. (Esto último es un verso, para reivindicar ni que sea un poco lo de filólogo).
Yo tampoco entiendo eso de que se equipare esta actividad con pedir limosna. Me parece un trabajo más digno que corretear por la bolsa con el móvil jodiendo al resto.
Yo te animo a que te presentes. También algunos cantantes han salido de tocar en la calle (nunca se sabe), pero es cierto, como dice India Rebelde, que el arte parece desvanecerse en unos pasillos donde la gente solo tenemos prisa por llegar a los sitios.
Visto queda que eres hombre del renacimiento en época de desesperación. Espero que si llega el momento, tu sentido del humor te muestre el camino.
Abrazos.
Hum...
Pon que eres sereno :)
Hombre, yo no pondría cartel alguno.
Los de AMUC http://amuc.galeon.com/)según indican "realizamos proyectos de promoción involucrando empresarios, medios de comunicación, instituciones públicas, etc".
Si la acción que te propones va dirigida a la crítica de la situación laboral actual (intuyo que ese debe de ser tu motivo), un tipo extremadamente multicualificado como tú, debería obtener el éxito sin panfletos reivindicativos. Yo que tu lo haría tal y como mamá te trajo al mundo, o vestido de tarzán, o de supermán...
No hace falta anunciar quién somos sinó ser lo que somos.
Suerte, amic meu!
Mi aplauso por adelantado...
CLAP-CLAP!
No perdamos el humor, Jose, aunque sea humor negro, que no está el ambiente para colorines.
Me consta que podrías poner muchos títulos más en el cártel: buena persona, , compositor de canciones, cantante, melómano, ser que piensa, y un larguísimo etcétera.
En fin, parece un chiste lo del examen para tocar en el metro; pero, en este país de chirigota, mucho nos queda por ver.
Un beso y avísame cuando salgan las oposiciones para escribir las misivas de los bigardos que mantenemos, esos que llamamos políticos.
Entre la indignación y la desesperanza hay parada obligada en el desencanto, y sintiéndome así es como ha salido esta entrada, básicamente porque me apetecía citar a José Ignacio Lapido, a quien nadie ha hecho mucho caso, y por dar rienda suelta a la ironía.
Endless Love, supongo que entrecomillas porque entiendes que tanto escritor como arquitecto son sustantivos, por más degradados que puedan estar esos oficios, especialmente el segundo, y lo que califica es, entre otras cosas, el sentirse desencantado.
India, el arte no se desvanece, está ahí aunque no se le preste atención, y sigue estando ahí aunque sea despreciado. Tampoco es arte todo lo que se aprecia.
Ramon, si de veras quieres ir al metro sin saber tocar y cantar, entonces sí te recomiendo que escribas la palabra "arquitecto" en un trozo de cartón.
Carlos, el humor es una salida, pero si me ves en el metro algún día espero que seas generoso y no pases demasiado deprisa.
Alma, menos mal que alguien me toma por el pito del ídem.
Canko, me ha gustado eso de "tipo extremadamente multicualificado". Cuando quieras nos hacemos unos canutos con nuestros títulos.
Isabel, amable y cariñosa como siempre. Te lo agradezco, especialmente por no haber insistido en las obviedades de panfleto de autoayuda. No perdemos ni el humor ni la ironía.
Muchas gracias a todos por pasar por aquí y comentar. Nos vemos en el metro, que como sigan así las cosas, van a faltar pasillos para acogernos a todos.
Una forma peculiar de utilizar la metáfora a nuestros días del sr. Lapido pero aún más sabia la de usarla en forma irónica por nuestro anfitrión.
Urgaré en el baúl de los recuerdos aunque con papel mojado, pocos canutos nos vamos a fumar (...)
Por cierto ¿el desencanto no viene antes que la indignación y después llega la desesperanza?
;)
Ha habido mucha gente ilusionada con que saliera algo sólido de la indignación y que ha quedado finalmente desencantada, pero es posible que en algunos casos el desorden de los canutos esté alterando el producto.
esto se debe a que el cambio en la genética del vegetal provoca alucinaciones descontroladas al personal y acaban mezclando los términos, todo se manipula hoy en día...
;)
Escribe a mano un cartelito que ponga ARQUITECTO DE SUEÑOS (o directamente aquel título de Miguel Hernández, PERITO EN SUEÑOS). Y si finalmente te conviertes en un juglar del metro de Barcelona, ojalá algún día pueda escucharte en directo(ya imagino el travelling por el corredor subterráneo hasta un pudoroso plano entero del juglar con la funda abierta a sus pies).
Un abrazo.
No lo dudes, escribe "albañil".
Veo que tu buen humor no te ha abandonado, es uno de tus mejores adornos. No cambies.
Un abrazo.
Guitarrista, cantante, arquitecto y escritor. Eres la persona más indicada para construir castillos en el aire viciado del Metro.
Abrazo grande.
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