lunes, 16 de septiembre de 2013

Pornografía sin tetas ni culos


Recuerdo una clase de estética en la escuela de arquitectura. Sí, hubo un tiempo en que era materia obligatoria en el plan de estudios que debía seguir un arquitecto. Alguien ha pensado que a día de hoy resulta más útil enseñarles a cumplimentar fichas de idoneidad energética, pues ya no es requisito indispensable para la obtención del título y este curso ha dejado de impartirse, al menos, que a mí me conste, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, que en su día llegó a tener hasta cinco profesores en dicho departamento y por la que pasaron nombres ilustres como Eugenio Trías, Félix de Azúa, Xavier Rubert de Ventós o Ferràn Lobo entre otros. Este último es el protagonista del episodio que hoy me ha venido a la memoria.

Sus clases eran apasionantes. En ellas se debatía sobre Sófocles, sobre Nietzsche contra Wagner, sobre Doktor Faustus y Visconti, sobre Apolo y Dionisos... Él nos animó a ver Muerte en Venecia, así que sólo por eso ya le estaré eternamente agradecido. No recuerdo exactamente el tema de aquel día, pero sí que en un momento dado pedí la palabra y le pregunté qué era la pornografía. En el contexto de su discurso esperaba que sus palabras me aclararan algunas dudas sobre lo demasiado explícito, sobre lo obsceno, sin que esto tuviera que referirse necesariamente a tetas y culos. Yo en esa época era un consumidor de nivel medio (quizás tirando a alto pero sin llegar a compulsivo) de lo que en lenguaje común se conoce como "porno". Su contestación me decepcionó: "Puede verlo usted mismo en las portadas de las revistas para adultos que se venden en los quioscos." La clase rió, pero a mí no me sirvió de nada esa respuesta. Me parece más interesante la definición que da el Diccionario del uso del español de María Moliner: "Representación o descripción explícita de actos obscenos en películas, revistas, libros, etc." Otras definiciones hablan en concreto de imágenes de actos sexuales que pretenden excitar. No creo que consista sólo en eso. Hay otro tipo de pornografía. La RAE habla del carácter obsceno de obras literarias o artísticas, pero me da la impresión de que esta definición se queda en lo meramente despectivo del término.

Sigo sin encontrar una definición que me convenza del todo. Quizás no exista. Pero de vez en cuando veo películas como Le Capital (2012) de Costa Gavras y me acuerdo de aquello que hubiera querido escuchar verbalizado en la respuesta de mi profesor de estética.

Obsceno, explícito, ...sin tetas ni culos.