Soportaremos todo el daño que nos hagamos o que nos hagan.
Nos repondremos de cualquier agravio que nos causen o que nos causemos.
Estamos especialmente dotados para recuperarnos de los perjuicios de los que seamos objeto. Nuestro organismo tiende a regenerarse por sí solo después de los abusos, de los excesos, de las maldades o de los vicios. Basta con que le dejemos hacer su trabajo una vez hayan cesado estos.
Lástima que no funcione igual con el dolor que provocamos en los demás.
Así, convendría no pensar en nosotros mismos como si fuéramos otro.
4 comentarios:
Yo creo que con el dolor que nos hacen no funciona así tampoco exactamente, al igual que con el que provocamos nosotros...
De hecho yo pido fuerzas cada día a la naturaleza para no olvidar las putadas que me han hecho...
La ciencia médica hace milagros con la culpa.
Abrazo grande.
Te has puesto al día conmigo, ¿eh?
¡Gracias!
Abrazo.
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