Cuando de engañar se trata, lo de menos es si se miente o si se dice la verdad. Lo habitual es mentir, por supuesto, pero ese es un procedimiento ya caduco por trivial y, hasta me atrevería a decir que, por honesto.
Más sibilinos son los ardides que hacen gala de veracidad. Esos son los más obscenos compinches de la farsa. Porque lo cierto, cuando inconcebible, conmociona y paraliza, y ese es un recurso psicológico que los gurús del engaño saben manejar a la perfección.
Cansados de ser cogidos antes que los cojos, esos mentirosos adoradores de séptimos de caballería dejaron que por una vez ganaran los indios, pero los buenos seguían siendo los mismos y los cojos volvían a llegar primero. Hoy los indios pierden de nuevo, como nos consta que ha sucedido siempre, pero esos virtuosos de la argucia tienen además la desfachatez de poner en nuestro conocimiento, ahora sin tapujos ni vergüenza, que los buenos eran realmente Nube Gris y sus feroces secuaces, mientras que los malos hemos sido y seguimos siendo nosotros.
Esas son las historias que hogaño nos explican con frescura, ciertamente veraces pero demasiado increíbles como para dejar de comer palomitas mientras nos las cuentan. Así nos hacen cómplices y ellos se legitiman y arman de impunidad para seguir aniquilando, envenenando, conquistando, saqueando, explotando, expoliando, arrasando, esquilmando, enriqueciéndonos..., aunque ya sin necesidad de ocultarlo.
Si ha de ser así, prefiero que me mientan, sinceramente.
17 comentarios:
Muy bueno. Sinceramente.
"Muy bueno" y verdad lo que dices.
Lorente, te leo y te releo y en estas cosas no te quiero lo suficiente como para mentirte.
Un abrazo.
Menos mal que nos quedan tus verdades. Jose, coincido con Blanco y Jesús en que el escrito es muy bueno y tan profundo que me ha obligado a leerlo varias veces. La figurita de Eddie me ha sorprendido por estos rincones. Un abrazo.
Genial José. No sobra ni falta una sola palabra.
A mi no me gusta que me mientan, ni las verdades a medias,peor tienes toda la razón, hoy y ahora nos mienten tanto que no vale la pena pedir explicaciones...
No habremos de conformaranos, deberíamos "cantar verdades" aunque esto tiene mal arreglo...
Lo dicho escribes muy bien y se te endiende mejor...
Besicos.
P.D.
"peor", no quise decir "pero...
Monserrat Roig tomó prestada de la película Jhonny Guitar la célebre frase en la que éste le decía a Joan Crawford: Dime que me quieres aunque sea mentira. Ella le contestó que le quería aunque fuera mentira. Pero, mientras mentía, le decía también algo que podía ser verdad.
Sea como sea, a mi no me gusta que me mientan. Pero, como bien dices,y para según qué, es preferible que nos mientan.
A mi me da más pena cuando pienso que si nos engañan ya no es porque seamos más listos, más duros, más sagaces sino que importamos tan pero tan poco que nadie se molesta ya en inventar mentiras lo bastante buenas.
_ como estamos sincerándonos, tengo que decir que el texto es de esos que te hacen pensar con muchísima envidia eso de ¡que cabrón!;) _
Un abrazo.
PD: Para cuándo mi propio blog? Pues, aunque no lo descarto en un futuro, de momento siento un gran respeto por los que escribís en vuestros blogs con tanto acierto.
En París, en un examen de selectividad, preguntaron que si tuvieran que elegir entre la verdad y la felicidad, qué eligirían.
Me hago esta pregunta desde entonces y no sé la respuesta.
Un abrazo.
guau. muy interesante. gracias.
Sencillamente magistral.
De ésas que se releen.
Un abrazo.
Pues yo no. Aunque me toque los huevos y me ponga de mal humor prefiero mirar siempre cara a cara. La mentira es cómoda, porque es balsámica, y desde ese punto de vista te entiendo. Lo peor es que uno se siente una hormiga y el sistema es un elefante. Pero la dignidad de la resistencia a mí al menos me reconforta.
Certero análisis el tuyo...
"El arte es la más encantadora de todas las mentiras."
Claude Debussy
Blanco, muchísimas gracias, más que sinceramente.
Jesús, me quieres lo suficiente como para que ya crea que no me engañarías en algo así.
Carlos, peculiar ilustrador Derek Riggs. Las portadas de Iron Maiden adornaron mis carpetas de adolescente. Todavía hago sonar The Trooper en alguna fiesta cuando nos ponemos a recordar los viejos tiempos. A mí no me ha sorprendido que tú lo reconocieras.
Madison, faltaba tu comentario.
Cabopá, pero lo peor es que tengo razón: ¡Nos engañan con la verdad!
Estrella, leyendo tu comentario me he acordado de la letra de una canción de Aute:
"Todo es mentira menos tú
y si lo fueras, te lo suplico, miénteme,
bésame y dime: todo es mentira
menos tú."
Almalaire, cuanto mejor es la mentira más se parece a la verdad. Y la mejor mentira de todas...
Como sé que no te gusta que te llamen mentirosa, te diré simplemente, con agradecimiento, que exageras de maravilla.
Thornton, la felicidad siempre. En eso no podemos engañarnos ni nos pueden engañar. Así, entiendo que la verdad está incluida. Es como si nos dieran a elegir entre las partes y el todo.
Tus largos pies, gracias a ti por pasarte y comentar, de esa manera, que te parece interesante.
Daniel, que alguien como tú deje un comentario así aquí me anima a escribir y reescribir.
Ramon, si queda alguna esperanza para el hombre en su naturaleza social es gracias a bondades como la tuya. Sé que eres de los que no se deja engañar; tampoco yo, pero ellos lo intentan, y recuperando alguna de las ideas que se han dejado en los comentarios anteriores, me siento mejor tratado si lo hacen con mentiras que con verdades.
Jose, no te dejes engañar tampoco por el arte.
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, incluso a los que no los dejáis por escrito y me los transmitís de palabra.
Un sincero abrazo.
oh, si que me gusta que me llamen mentirosa ;)
La gran mentira nos envuelve. A veces, el gran silencio, que es otra forma de mentir. Quienes saben mentir, manejan y nos manejan; la transparencia no es su cualidad, aunque la simulen con gran maestría.
Y sí, querido Jose, siempre sufrimos los mismos las mentiras, los que no sabemos mentir ni disimular ni esconder la cabeza ni silenciar nuestra voz.
Un texto estupendo, como todos los salidos de tu pluma.
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