martes, 28 de diciembre de 2010

La música que llegó del frío


En 1874 el gobierno noruego concedió a Edvard Grieg un salario anual que le permitió dedicarse por entero a la composición. En 1897 Jean Sibelius recibió una beca del estado finlandés con la que pudo consagrarse exclusivamente a escribir música.

Se suele decir que la necesidad agudiza el ingenio, pero por lo que parece en el caso de estos dos grandes maestros nórdicos, con las necesidades cubiertas gracias a una atípica clarividencia gubernamental, debió de ser el frío lo que les inspiró a crear su genial obra. A mi entender, iluminado yo también hoy por las bajas temperaturas que nos acompañan estos días, pocas veces un erario público tuvo mejor destino.

Evitando insistir en sus obras más populares (y absolutamente fundamentales: concierto en la menor y piezas líricas para piano, canciones, suite Holberg y suites Peer Gynt de Grieg; sinfonías, concierto para violín, Finlandia, En saga, Kullervo, Tapiola y Vals triste de Sibelius) dejo una recomendación de su repertorio menos conocido para ir entrando en calor, o en frío, como prefiráis. Se trata de sus cuartetos de cuerda recogidos en el álbum "Intimate voices" del sello Deutsche Grammophon, interpretados con sobrecogedora intensidad por el Cuarteto Emerson en 2004. Nunca brisas llegadas de los gélidos fiordos escandinavos habían resultado ser para nuestros oídos tan cálidas caricias.

10 comentarios:

David dijo...

Pues yo lo único que conozco de Sibelius es que tiene una calle cerca de mi casa.
A partir de ahora intentaré saber algo más.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Cada vez me dejas más fascinada con tu cultura musical. Es absolutamente impresionante y recoge hasta los detalles más ínfimos. Me encanta.

Y lo de sostener a un músico. o a un artista, es algo que lo veo impensable para un país como el nuestro. Los nórdicos nos llevan años luz de adelanto.

Un besazo y buena entrada de año.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Ah, y tranquilo, que le doy a la zambomba cuando corresponde, jajaja. Sólo que, a veces... surge una visión más crítica, o escéptica. No siempre estamos para campanillas y faroles.
Más besos.

Carlos dijo...

Los dos autores que traes son una maravilla para mí, supongo que por la melodiosa música que tan bien supieron escribir.Imprescindibles todas esas obras que nombras (aunque el Peer Gynt te lo recomiendo escuchar completo, con todas sus bellas canciones integradas). Recojo tu sugerencia enseguida.
La verdad es que estos si que fueron unos funcionarios y becarios de provecho. No se si será el frío, pero siempre recuerdo una foto del estudio que tenía Grieg, con un ventanal encarado a un paisaje de ensueño en el que es muy probable que surgieran notas tan sugerentes como las típicas de "La mañana".
Un melodioso abrazo querido Jose.

alma dijo...

Siempre había pensado que la nefasta costumbre de doblar las películas era lo que provocaba que los españoles no aprendiéramos idiomas (en general, digo, claro) pero ahora creo que es por lo deficiente de nuestra cultura y tradición musical. Casos como los dos que nombras de Noruega y Finlandia serían del todo improbables aquí...

Gracias por las Sugerencias. Soy una alumna muy muy torpe, pero aplicada :). Un beso, Jose y Feliz Año Nuevo.

Daniel Domínguez dijo...

Me dejaré acariciar entonces por tus sugerencias.
Un (cálido) abrazo.

Jose Lorente dijo...

Estrella, eso es más de lo que saben muchos. Te auguro gran placer en esa búsqueda. Su Vals Triste es una delicia para comenzar.

Isabel, exageras respecto a mi cultura musical, pero sería imposible exagerar respecto a lo mucho que me gusta.
En este país somos más dados a sostener a políticos inútiles.
Como te dije en casa de Monsieur Laurent, me encanta poder contar contigo en ambas facetas: la crítica y la farolera.

Carlos, conozco la versión íntegra de Peer Gynt y es una verdadera maravilla. Veo que tú conoces bien a estos dos compositores, lo cual no me extraña en absoluto. Tanto Grieg como Sibelius incorporan a su música la fascinante cultura de las tierras del norte, rica en mitos y leyendas, y lo hacen con una melodiosidad y brillantez que no podían pasar desapercibidas a un oído atento como el tuyo.
Más de una vez he pensado que el lugar de trabajo de un artista es determinante en sus creaciones. Suelo fijarme en esas fotografías que los muestran en el sitio en que desarrollan su actividad creadora, concentrados en su tarea. Se podría hacer un blog entero con este tema. Seguro que el de Grieg también jugó un papel fundamental en sus obras, como bien apuntas.

Alma, Sibelius es seguramente el personaje más querido, admirado y respetado de la mayoría de finlandeses, y Grieg el de la mayoría de noruegos. Puede resultar muy peligroso preguntarnos y averiguar la respuesta de cuál es el preferido de la mayoría de españoles. Lo más sorprendente es que en España hay una enorme tradición musical con grandes compositores que han tenido mucha influencia a nivel intenacional. Pero tan grave como no ser capaz de poner los medios para que surjan genios en tu país es no reconocerlos como se merecen una vez han aparecido. Me reservo una entrada dedicada a todos ellos.

Daniel, por la sensibilidad que demuestras en todos tus artículos y comentarios, sé que no saldrás indemne.

Un abrazo cálido para todos y muchas gracias por traer hasta aquí también vuestras brisas en forma de comentarios.

Y feliz año, claro...

Carlos dijo...

Jose, no disponiendo aún de las obras que nos recomiendas me he traído hoy al trabajo (y ando escuchándolos toda la mañana)sendos CDs de Grieg y Sibelius. Deliciosos.
¿Cual es tu lugar de trabajo? Imagino que no escaparas de ver edificios, pero estoy seguro de que sientes como si estuvieras rodeado de belleza.
Anímate a crear una entrada referente a los espacios de creación (incluido el tuyo).
P.D. Así que circulas por La Central. Lo mismo te pillo un día de estos. Un abrazo.

Alba 3,1416 dijo...

Los extremos de temperatura ( frio o calor) nos hacen vibrar de forma inhumana. Eso les paso a los compositores. Ojala también vibremos nosotros delante de una imagen o persona deslumbrante.
Un abrazo

Jesús Cánovas dijo...

Jose, un abrazo

Me gusta un arquitecto que se mimetiza. Mimetizado, pero esta.

Si todo va bien, que siga así.