Toda la vida soñando con construirte ese estudio apartado del mundo en el que aislarte cuando llegues a la vejez para poder sumergir entonces tu cabeza entre dos altavoces a todo volumen que reproducirán sólo para ti esa música que tanto te gusta, pongamos el segundo movimiento de la novena sinfonía de Bruckner.
Entonces, llegado por fin el momento...
Cuando vi por primera vez esta escena de la última película de Bergman pensé dos cosas: que así es justamente como a mí me gustaría también poder escuchar música alguna vez, y que Bergman, interpretado por Erland Josephson en este legado autobiográfico, amaba enormemente a su nieta.
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