Me gusta pensar que soy fruto del azar, pero hay gente que prefiere hacer responsable de su génesis a algún tipo de mago omnipotente y ocioso. Supongo que eso les hace sentirse más dignos, pero para mí, el hecho de haber tenido una suerte enorme es algo tan meritorio (o censurable, si lo preferís así) como haber sido creado por una varita mágica.
Infinitos monos con infinitas máquinas de escribir durante infinito tiempo podrán mecanografiar alguna obra de Shakespeare. (Émil Borel, "Mécanique Statistique et Irréversibilité", 1913)
En relación a la existencia de todo lo que conocemos, el tiempo es mucho, pero no infinito. Digamos que la cifra a barajar es la de la edad del universo, así que unos trece mil setecientos millones de años según los científicos de acuerdo con la Teoría del Big Bang. Lo dicho: muchísimo tiempo, pero no infinito.
La probabilidad de que un mono escriba a máquina "To be or not to be" simplificando el teclado a 26 letras, más la barra de espacio, sin mayúsculas, es de una partido entre 27 elevado a 18. Si tenemos en cuenta que Hamlet consta de unas ciento treinta mil letras, las probabilidades descienden drásticamente a una entre 27 elevado a 130.000. No ha habido suficientes instantes (asimilando instantes a las fracciones de tiempo necesarias para pulsar una tecla) desde el origen del universo para que algo así pueda darse, y perdón por el baile de números y por la imprecisión de esos instantes.
No mejora mucho el argumento del matemático cuando pretende aumentar el número de probabilidades aludiendo a que hay muchos monos (aunque no infinitos) y muchas máquinas de escribir. Seguimos en déficit de tiempo. Pero sí lo hace cuando plantea que, de algún modo, al pulsar un simio la letra "T", el resto del proceso continúa a partir de aquí, como si alguien o algo decidiera que esa letra era la adecuada. Lo mismo después para la "O" y así sucesivamente. De este modo sí que se ajustan las probabilidades al tiempo disponible.
¡Por supuesto!, dice el creyente creacionista: Ese alguien o algo es El Creador; la Inteligencia Suprema que no podría dejar nada en manos del azar; el Ser Omnipotente que nos ha diseñado de la mejor forma posible para que habitemos La Tierra, nos multipliquemos y marquemos la casilla de La Iglesia en la declaración del IRPF.
¡Por supuesto que no!, dice el evolucionista agnóstico amante de la razón: Ese alguien o algo es la naturaleza y el factor de necesidad que lleva implícita. Cualquier tecla pulsada de forma inadecuada se elimina a sí misma por su propia inutilidad. No tiene que intervenir para ello ninguna inteligencia superior más que las leyes naturales.
Y para que conste a los efectos oportunos, este escribiente da por triunfadora a la razón en esta contienda, que para eso soy yo el que teclea, confiando en que os creáis que he necesitado en tal quehacer menos pulsaciones que esos primates.
De todos modos, quedémonos con la metáfora, ya que cuando alguna vez se ha intentado preparar el experimento con simios y máquinas de escribir reales dentro de una jaula, lo más que se ha conseguido es una larga repetición de la letra "S" y numerosas deposiciones (antropoides, parece ser) sobre el teclado.
12 comentarios:
Me he reído con ganas.
Veámos: en cuanto a las cuestiones matemáticas, no entro, que tú sabes mucho de esas cosas y yo soy de letras, así que lo que me digas de cálculos, va a misa (la verdad, es que no sé a qué misa, jajaja).
Y, en cuanto al sumo creador, me dio muchos dolores de cabeza en la adolescencia. Ahora, sólo sé, como tú, que estamos aquí para pagar impuestos, mantener a nuestros políticos -la casta gobernante de nuestros tiempos-, atender las multas de tráfico que servirán para las dietas y los coches oficiales de los capitostes y lindezas por el estilo.
En fin, que me voy a leer un rato a T. Hobbes. Me has despertado las ganas.
Besazos, querido Jose.
Viene en El País que el iPad desembarca en 150 tiendas de España. No sé si este dato desvirtúa o afianza alguna de las teorías que expones.
"Yo creo que no sé", como dejó escrito la mona Chita cuando tenía sus facultades mentales en pleno rendimiento, y sólo tardaba cuatro años y medio en dejar escrito algo coherente. (las comillas son mías. Ella jamás dió con ellas).
Me gustó la entrada, y -tal vez se note por el desvarío que acabo de comentar- no sabía -ni sé aún- qué decir al respecto.
Un abrazo, Jose.
Divertido y muy ingenioso tu texto Jose. Lo leo y releo y más bueno me parece.
Para compensar os propongo una lectura de tres páginas que le viene al pelo a tu texto, se trata de la fábula de Stevenson "El mono científico" (lo puedes encontrar facilmente en internet si no dispones del libro).
Tus textos "filosóficos" empiezan a ser agudos y descacharrantes. Un abrazo.
Lo siento Jose me ha salido una firma inoportuna, pero evidentemente era yo.
De todos tus lectores soy el menos sorprendido. Ya descubrí hace algún tiempo el talento que tienes para escribir, para fabular. No he cambiado de opinión.
Un abrazo.
Ahhhh...buenísimo! vengo aquí recomendada por nuestra queridísima Isabel y no se ha equivocado cuando me dijo que me iba a gustar tu estilo de escritura. Me quedo.
SSSSSSSomos polvo de estrellas.
Un sssssssaludo.
Quizá ambas ideas no sean tan opuestas. Quizá el evolucionismo sea creacionismo lento... Es una idea, es una idea. Y no es que de repente me haya convertido en discípulo de su majestad la reina, por mucho que a ella le dejen herencias millonarias.
Aquí, la Mona Chita al habla, que pregunta dónde se halla la piedra filosofal de la escritura: ¿en el teclado, en la pantalla, en el ratón?
Perdona, Jose, pero intentaba hacer un chiste y soy muy mala para esto. Quería exponer que existen algunos que pareceb monos al teclado, por lo que sacan, por supuesto.
Tú, no, ya lo dice el Presi y lo corroboro.
Besos.
...Y digo yo...para qué quiere un pobre mono escribir una obra que ya está escrita? Si Darwin levantara la cabeza..!
Isabel, después de la clase de geometría descriptiva y perspectiva que nos das en tu última entrada, no me servirá como excusa tuya nunca más eso de que "soy de letras". Por tanto, es fácil entender que todo lo relacionado con el sumo creador nos diera más dolores de cabeza en la adolescencia que las teorías de la probabilidad o las fracciones elevadas a la enésima potencia.
Y no te preocupes por esos simios escritores a los que te refieres en tu segundo comentario: se les acaba bloqueando el teclado por sus propios excrementos.
Blanco, me alegra ver que haces de éste el sitio de tus desvaríos, que son los míos. Al decir que te había gustado la entrada ¿desvariabas ya? Las comillas exigen pulsar dos teclas simultáneamente, lo cual está al alcance de unas pocas inteligencias privilegiadas como las nuestras (he intentado aquí entrecomillar privilegiadas, pero esta vez no me ha salido, de modo que así se queda).
Carlos, me alegra mucho que te haya gustado el texto y aprecio enormemente tus elogios. A mí me ha gustado también la lectura de Stevenson que propones. ¿Por qué sospecho que todos ven a los viviseccionistas como estimables hombres de familia? Rasgo inequívoco de todo amante de la literatura fantástica versado en el género.
Thornton, este blog te debe muchísimo. Tú fuiste el primero en dejarte caer por aquí y tus comentarios han sido siempre un estímulo y un acicate. Saber que alguien como tú, y después otros como tú, podían encontrar interesante lo que yo escribía, ha sido una motivación añadida que me hace disfrutar doblemente de esta pasión por la escritura que compartimos.
Maia, este blog también le debe muchísimo a Isabel. Me alegro de que lo que has encontrado aquí no haya defraudado las expectativas que nuestra generosa amiga hubiera podido crear en ti. Bienvenida.
Jesús, bienvenido tu también. Un placer verte por aquí después de haber coincidido tantas veces en otros blogsssssssssssssssssssssss.
Ramon, evolucionismo y creacionismo son paradigmas distintos, absolutamente incompatibles. Pero lo del creacionismo lento tiene su gracia: Al demiurgo le entra la modorra. Si es que no me extraña, ¡con la que está cayendo! Igual es que a él, como gran funcionario universal, también le han rebajado el 5%.
Estrella, tienes toda la razón. Me parece una forma muy legítima de reivindicar la independencia creativa simiesca. ¿Hamlet? ¡Ni hablar! Literatura de vanguardia desde una jaula. Darwin defendería esta tesis, sin duda, pero fuera de la jaula, por supuesto.
Y me he acordado ahora del chiste ese del chico negro que va a matricularse en la facultad de derecho y la señorita de secretaría le pregunta "¿En qué rama?", a lo que él responde: "No, yo en un aula, como todo el mundo."
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios tecleados con tanto acierto.
Un abrazo fuerte y hasta pronto.
Es una entrada "hato-interesante"
Siempre es un placer venir a ver que nos cuentas...
El vídeo que recomiendas en el club es más que genial....
Besicos.
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