lunes, 10 de mayo de 2010

A esos me refiero, en tono menor


Recuerdo que mi clase del colegio estaba formada por un variado repertorio de chavales en el que no faltaba ningún año el empollón, el gordinflón, el malote, el nenazas, el as del fútbol, el tímido, el líder, el enfermizo, el guapo, el grandullón, el chistoso, el rebelde, el pelota, el geniecillo, el patoso, el poeta, el extranjero, el bajito, el bruto, el listo, el lunático, el repetidor...

Pero hoy quiero referirme concretamente a esos tres o cuatro gilipollas con los que todos hemos tenido que compartir aula y patio de escuela durante tantos años de formación, a esos zoquetes acomplejados de mediocridad ofensiva gris plomiza, resabiados y repelentes hijos de papá, no imbéciles técnicamente, pero sí coloquialmente subnormales y con una más que aparente oscura sombra de hijoputismo.

Hubiera preferido no hacer nunca mención de esos y sí de los otros (de los brillantes, de los capaces, de los carismáticos, de los emprendedores, de los creativos, de los generosos, de los artistas), y si lo hago ahora es sólo porque sospecho que son ellos (junto con otros tantos, más antiguos) los que se han posicionado y deciden sobre el rumbo que toma esta entelequia llamada sociedad que a todos nos engloba.

Hagamos lo posible por que las consecuencias sean leves y, ya puestos, en tono menor.

19 comentarios:

Madison dijo...

Esta mañana he leido tu entrada (magnifica, como siempre) y al final creo que tengo una memoria selectiva porque no recuerdo a gente así, vaya en el cole. Luego sí, en la vida les veo cada día, precisamente ayer en una revista local mostraron la foto de la persona que se presentará a la alcaldía por un partido de derechas, en mi casa todos alucinamos porque conocemos a la persona, la conocemos muy bien y no encaja en ese perfil que describen.

Eastriver dijo...

Qué excelente manera de ir de lo general a lo concreto, es un texto muy bien argumentado y literariamente muy bien estructurado.

Yo me reservo el papel de patoso, bueno, más que reservármelo es el que me dio la vida. Y bueno, también el de repetidor ocasional (repetí un curso de esos en que descubres lo bonito que es el dolce far niente aunque suela ser poco agradecido). Es cierto: siempre asomaban un par o tres de hijos de puta. Futuros trepas, arribistas, envidiosos. Iban para ganadores sin conciencia y en ello acabaron.

¿Sabes que es lo que pienso que nos pasa a los humanos? Que nos movemos demasiado por eso tan vago que se llama perfil. Buscamos perfiles: perfil de líder, perfil de esto, perfil de lo otro. Y los perfiles son engañosos. Son mera máscara. Pero fíjate lo incorporados que los tenemos. Tanto que alguien que tiene un perfil de triunfador acaba triunfando porque la aceptación del perfil le lleva hacia allí. Y pienso yo que muchos sin perfil de líder hubiesen sido mejores líderes que otros que iban del palo. Estoy preparando una entrada sobre este tema, pero como tengo perfil de lento calculo que la cosa tardará un tiempo. Un saludo afectuoso, que sabes que soy fan acérrimo de tu punto azul, digo, de tu punto de encuentro.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Sape a esos coloquialmente subnormales, querido José.
Estamos rodeados de imbéciles que se piensan que, con una sonrisa y una caída de ojos, nos camelan.
Estamos regidos por niños que juegan a las economías y nos mandan ánimos en vez de contarnos soluciones.
El colegio sigue de mayores. La vida es el colegio, como tú muy bien señalas, y siempre se significan los mismos.
Oye, me encantó cómo nos lo cuentas.
Un beso.

David dijo...

Pues yo sí recuerdo haber conocido a ese tipo de personajillos, ya de pequeñitos apuntando maneras. La maldad del género humano parece no tener límites, más aún cuando nadie les pone los límites bien claros desde el principio.
Admiro la elegancia con que te refieres a esos tipejos, en tono menor.

madre dijo...

me ha gustado mucho tu comentario. inteligente, elegante, sencillo y cargado de verdad.
yo conzco a este tipo de niños y ya de mayores casi siempre son hijos de padres destructurados y con una mala formarcion escolar.
mezcla de ambas cosas dan como resultado personajillos de mente escasa, con falta de dialogo y amantes de la violencia que es lo unico que les divierte y saben hacer.
me aterra pensar que de unos malos educadores salga una mezcla tan indeseable que desgraciadamente esta introducida en la sociedad.

Thornton dijo...

Jose, por un momento he creído estar pasando lista en una de mis clases.
Desde hace tiempo cuando observo a un adulto trato de situarlo en un pupitre y averiguar cuál era su papel en esa representación escolar. Te ayuda a conocerlo.
En la película de Jaime de Armiñán "Mi general", se reflejan los esterotipos de un colegio pero de generales. Rafael Alonso sigue siendo ese alumno chivato que era en su juventud. También está el repetidor, el desobediente. Como antes.
Me ha encantado esta entrada, no como otras que hablan de jerseys amarillos y nos ponen tristes.
Un abrazo.
P.D. Voy a arriesgar: tú eras el delegado de curso.

Carlos dijo...

Bueno Jose has tirado fuerte y aquí sale toda la bilis de los comentaristas. Yo, sencillamente tiendo a olvidarme y tendría que hacer un esfuerzo para recuperarlos (que no voy a realizar). Eso si, como Thornton, me gusta imaginarme a los adultos (políticos, maestros,prostitutas, músicos...)tal como debían ser de pequeños y como llegaron a se lo que son. Algunos me producen tristeza por lo que dejaron de ser.Buen tema de debate y bien expresado, aunque subido de tono (te ha faltado el sarcasmo y la ironía). Un abrazo.

Mariano dijo...

Yo estudié, además de en la "escuela", con profesor único, tres años en un colegio menor, cuyo director era un antiguo falangista que nos educó como personas sin tratar de encauzarnos políticamente. Un año en la Universidad Laboral de Huesca y tres en la de Sevilla. Digo todo esto por que aquellos centros eran bastante peculiares; en cuanto a planes de estudios dependían del Ministerio de Educación pero económicamente del Mº de Trabajo. Tenían en común que todos los alumnos eran internos, becarios y con edades muy similares. Había una norma: quién suspendía perdía la beca, lo que normalmente significaba dejar de estudiar. En mi opinión eran mejor que las actuales escuelas técnicas, politecnicas etc, tanto en cuanto a medios materiales como al profesorado. Volviendo al tema de la entrada, esa peculiatridad hacía que hubiera bastante uniformidad social(baja económicamente ) y el interés primordial ese centraba en intentar aprobar, por la espada de damocles que cada uno tenía encima. Mucha gente se quedó por el camino, pero también hubo muchos que acabaron sus estudios y se incorporaron a la vida productiva del país con notable éxito. La variedad personal era la habitual en grupos numerosos y de todos los compañeros que tuve solamente tengo un recuerdo especialmente negativo de dos de ellos. Coincidí en Huesca, eran de un pueblo Ilerdense y no alcanzaba a entender como podían ser tan egoístas, insociables, insolidarios y todos los calificativos que se me ocurran. En fín, dos perfectos "hijoputas" a los que Dios o Satanás haya confundido. Espero que no acabaran de concejales, alcaldes o diputados y si alguno ha dirigido algún negocio, empresa o equipo de gente, que hayan fracasado. No se merecían otra cosa. Los que hoy se han incrustado en la vida política (sobre todo ahí), son mediocres sin escrúpulos imcapaces de triunfar en otro ámbito y en el mundo financiero listillos de turno que solo "viven" para enriquecerse a lo bestia a costa de todos. Estoy seguro que este SISTEMA se va a desmoronar a medio plazo y lo único que deseo es no alcanzar a verlo, por que imagino que las consecuencias serán dramáticas. ( Perdonar por la paliza, pero me ha salido así.)Un saludo

Jose Lorente dijo...

Madison, si lo hubieras tenido en tu clase entenderías que todo encaja.

Ramon, el patoso de mi clase era uno de mis mejores amigos. Muy acertada tu apreciación sobre los perfiles. A mí el que me resulta más simpático es el de Alfred H.

Isabel, y a mí me encanta cómo lo has entendido.

Estrella, hay un tipo de maldad contra la que no vale la pena luchar, pero que nos afecte o no sí que está en nuestra mano.

Madre, hoy es un día grande en este blog: el día en que dejaste un comentario escrito por primera vez. Ese tipo de niños a los que te refieres son más carne de cárcel que de escaño, pero entiendo que a veces es difícil diferenciar a unos de otros, tanto en origen como en destino.

Thornton, no en etapa escolar, pero sí en el C.O.U. muy a mi pesar. Menudo ojo tienes. Supongo que tú sabes bien cómo funcionan estas dinámicas después de haber visto durante tantos años de profesión cómo tus alumnos iban encontrando su sitio en la sociedad. Me hubiera gustado tener un profesor como tú, aunque tampoco está mal todo lo que aprendo de ti ahora.

Carlos, dudé respecto al tono de la entrada, pero al final pensé que era el que iba mejor con el contenido de la misma. Soy de los que prefiere no usar palabras malsonantes en lo que escribe, ya que considero que el sarcasmo y la ironía son normalmente más elegantes. Pero esta vez ha salido así y supongo que nadie se escandalizará a estas alturas por oír según qué expresiones en según qué contextos. Prostitutas en potencia no había ninguna en mi clase, y te aseguro que hice todo lo posible por averiguarlo.

Mariano, no sé si decir que soy más pesimista que tú (yo casi me atrevería a decir que optimista) pero estoy convencido de que el sistema se va a desmoronar a corto plazo (de hecho se está desmoronando ya, pero las inercias son grandes) y confío en que todos (me refiero a nosotros, los que defendemos otro tipo de valores) lo veamos y sepamos actuar en consecuencia.

Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios. Veo que en esta clase no hay "mandones" de lo cual me congratulo.

Un abrazo muy fuerte.

Thornton dijo...

Perdona Jose, me ha parecido entender que quien firma "Madre" es tu señora madre, la estilosa de la fotografía. Si es así, le saludo con todo mi cariño y le estampo dos besos.

Unknown dijo...

Me hiciste pensar en si el que yo era entonces, por esos años de cole, preanunciaba al que soy ahora, por estos años que me empujan a la cincuentena. Mirando fotos, creo que hay ciertos rasgos, o rictus sutiles que apuntalan esos rasgos, que no han cambiado. Hay algunos lados de carácter que mantengo. Otros a los que me sobrepuse. Otros con los que sigo empatando. Me resulta más fácil ver en los demás, en algunos amigos de la infancia, si siguen conteniendo al niño que fueron.
Gran entrada, Jose.

Unknown dijo...

Gracias por visitar mis viejas entradas-obsesiones. Abrazo.

Jose Lorente dijo...

Thornton, repito: ¡menudo ojo! Aunque hay que reconocer que ahora lo has tenido mucho más fácil. Justo ahora que me pongo a decir tacos aparece mi madre por aquí. Menos mal que que cuento con vosotros para guardar las formas.
Muchas gracias, también de su parte, por supuesto. Confiemos en verla más veces por aquí.

Blanco, tú debías ser el brillante, guapo y carismático de la clase. He terminado esta noche "Asoma tu adiós" y me ha parecido una novela magnífica. Me quedo con la sensación de que, en primer lugar, eres un grandísimo escritor, y en segundo, que, más que visitar tus viejas obsesiones, he hurgado morbosamente en tus entrañas.

severinne dijo...

Hola, Jose! Al leer detenidamente esta entrada me he decidido a participar, me ha parecido magnífica.
En mi infancia creo que fui un poco todo lo que describes (empollona, gordinflona, malota, tímida y líder a la vez, chistosa, rebelde, listilla y hasta as del fútbol), supongo que sumando todo eso y muchas más cosas que he sido por el camino, conforman la mujer que soy ahora: no es que esté orgullosa, pero si contenta conmigo misma. Agradezco la suerte que tuve de contar con unos profesores muy jóvenes en un colegio muy humilde, que se volcaron no sólo en enseñarnos lo que venía en los libros, sino que también nos enseñaron lo que era la tolerancia, la igualdad, el respeto, valores que hoy en día casi da miedo mencionar si no quieres que te miren con una ceja levantada y cierta expresión de cachondeo.
De mi colegio no salieron grandes líderes (ni pequeños), pero quiero pensar que si personas, y eso fue gracias a los maestros que se dejaron la piel allí.
Me pregunto, al leer tu texto, si la mayoría de esos políticos no estarían predestinados a ser lo que son, si fueron educados en el "ganar, ganar, ganar" como sea y contra quien sea, y cómo se reparte esa culpa entre sus profesores y sus padres; qué presión soportaron en sus casas y cuanta en el colegio. ¿Son lo que ellos, libremente, decidieron ser, o por el contrario son el reflejo de lo que sus padres y algunos educadores no pudieron ser?
Me parece complicado el tema, y a lo mejor no lo es tanto, jejeje.
Saludos y gracias por dejarme pensando.

Unknown dijo...

¡Gracias por leer Asoma! Me alegra que te haya gustado, aunque si te apetece contarme lo que no te ha gustado, lo aceptaré con agrado. (con agrado, por dios, que correcto) Cualquier crítica será bienvenida, José.

Yo era buen compañero. Poco estudioso pero hacía creer que lo era mucho. Tímido. No era un líder, desde luego, pero, simplificando mucho, me hacía respetar. Ah, era un gran portero -arquero-, y defendiendo los tres palos -o los dos montones de ropa que hacían de postes- me sentía invencible.

En fin. Gracias otra vez, Jose.

alma dijo...

Jose...llego a tu blog por dos chistes que he visto en otros ; el del pelirrojo de las pecas que se confesaba y el del que se lamentaba por lo mal que empezaba la semana al morirse en lunes...Me reí con ganas.

He leído la entrada varias veces y todos los comentarios. Creo que es un texto fantástico porque de inmediato coloca a quien lo lee en su propio pupitre, lo devuelve a la escuela y a unos versos de esa canción de sabina (siempre Sabina):

"El más capullo de mi clase (¡que elemento!)
llegó hasta el Parlamento
y, a sus cuarenta y tantos años,
un escaño
decora con su terno
azul de diputado del gobierno.
Da fe de que ha triunfado
su tripa, que ha engordado
desde el día
que un ujier le llamó su señoría
y cambió a su mujer por una arpía
de pechos operados.

Y sin dejar de ser el mismo bruto
aquel que no sabía
ni dibujar la o con un canuto"


No se si como dice Thorton tú eras el delegado de curso. Yo si lo fui. Durante años.En mi libro de escolaridad(que antigúo suena eso, por Dios) hay un análisis de mi caracer que dice que era "activa, desenvuelta, tranquila... y cabezona". Me gusta mucho esto, Jose. Me quedo.

(Perdón por la extensión)

Ms. Frutos dijo...

Llegamos a la escuela y en un recinto tan pequeño vemos como los dioses hacen su trabajo y reparten entre nosotros sus dones y cuando ya no quedan más…Primera lección de nuestra vida, aprendemos qué es un hijo de puta, un trepa, un listo, etc. También aprendemos lo fácil que es que te asignen esos papeles en la vida, sólo tenemos que desarrollar nuestro lado negativo que está ahí latente.
Yo no fui la hija de puta de la clase, pero en momentos puntuales me callé. Sólo espero que no se me olvide nunca, que no se apodere del mí el miedo y que esa lección me haya servido para algo.

Iker dijo...

Nos guste o no, la variedad de personajes de las escuelas ( e ikastolas en mi tierra ) es una constante desde, me atrevo a decir, que la inventaron ( o regularizaron ) los griegos. No creo esa idiosincrasia típica y tópica sea un reflejo de una familia desestructurada sino de algo innato en las personas. Por supuesto que las relaciones familiares y sociales afectan a la conducta de los más jóvenes, pero además de por imitación las personas aprendemos y actuamos en función de otra serie de parámetros definidos por el carácter. Pero eso sería tema de discusión en otro post.
Creo entender la frustración que debes de sentir Jose al saber de tal fulano que hoy es alto cargo de algún ente importante fue, y como no lo conozco no digo que lo sea, un perfecto candidato para la castración.

Jose Lorente dijo...

Severinne, gracias por compartir aquí tus reflexiones que me parecen muy acertadas. Le has sacado más partido a la entrada del que yo pensaba que pudiera tener inicialmente. Supongo que todos tenemos hoy algo de todos esos personajes del colegio que yo he presentado tan estereotipados. ¡Qué gran suerte la tuya de haber tenido buenos profesores!

Blanco, si te parece bien dejaré mi crítica en tu blog, aunque ya te digo que en ese sentido (el de lo que no me ha gustado)me parece que tu novela es tan infranqueable como esos dos montoncitos de ropa cuando tú ejercías de arquero.

Almalaire, si hemos conectado por el humor adivino que es el inicio de una gran amistad. ¡Qué grande Sabina! En este contexto estoy recordando ahora la que dice "Igual sigo de flaco, igual de calavera." Bueno, ya me gustaría lo de flaco, y menos mal que no lo de calavera.

Anabel, los niños se muestran tal como son y por eso se les reconoce tan fácilmente. Otra lectura posible es que un niño tiene una mirada limpia, no contaminada de prejuicios, y por eso identifica a la primera a quien tiene delante. Dice mucho de ti que sepas reconocer tus faltas (estoy convencido de que no fueron graves) y no dudo que la lección está más que aprendida.

Iker, no me siento especialmente frustrado de que sean los más incompetentes los que hayan ocupado los puestos ejecutivos o de gobierno. Tengo mis dudas respecto a si sería muy diferente si esos cargos los desempeñaran tipos brillantes tal y como están las cosas. Empieza a ser necesario un cambio de paradigma. Un cabronazo bien educado será siempre un cabronazo, igual que un bonachón maleducado será siempre un patán. Aunque como dices, esto bien podría ser objeto de otro debate.

Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios. Cuando hice la entrada no pensé que se le pudiera sacar tanto partido y que pudiera dar pie a tan interesantes reflexiones.

Un abrazo y hasta pronto.