jueves, 9 de septiembre de 2010

Larga espera


Lo mejor que le puede suceder a una larga espera es que uno acabe olvidando aquello que esperaba. De este modo, si alguien responde que nada al preguntarle sobre lo que está esperando, cabe la posibilidad de que se trate de un sabio.

Yo soy de los que aún siguen esperando algo, aunque ya no sabría decir exactamente el qué.

13 comentarios:

Carlos dijo...

Efectivamente Jose, te estas haciendo un poco más sabio porque tus preguntas al mundo empiezan a ser cada vez menos concretas. Cuando tienes esa amplitud de miras es que ya no esperas ni siquiera la respuesta y en todo caso esta te lleva a una nueva pregunta.
Me gusta la sabia elección de esa fotografía y me gusta que nos hagas reflexionar continuamente.
Esto no quiere decir que te considere todavía un santon, eremita, maestro zen ni profeta pero todo se andará. Un abrazo.

Daniel Domínguez dijo...

Esperar. Esperar atentamente. Disponibilidad para lo que venga. Aunque no venga más que el tiempo que pasa. Más que sabiduría, o la sabiduría por excelencia: un tributo a la vida.
Ya ves: te basta poner un peldaño y nosotros subimos la escalera.
Un abrazo.

Madison dijo...

Esperar y esperar, mientras esperamos vivimos.
Genial entrada José
Un abrazo

Isabel Martínez Barquero dijo...

Dichoso tú que esperas, aunque no sepas qué. En mi caso, ya ni espero, transito por los días sin acordarme de que, en un tiempo, esperaba. Ahora, si llega algo afortunado hago palmas y casi ni me lo creo.

Esto del vivir es una jod... a veces, porque ojo eso de hacerse sabio por trompicones y descalabros de la más diversa especie.

Menos mal que nos queda el sentido del humor, amigo Jose, el sentido más necesario a partir de cierta edad.

Riamos, pues, incluso hasta de nosotros mismos.

Un besazo, querido Jose.

Ms. Frutos dijo...

José hay que seguir haciéndose preguntas, esa debería ser la naturaleza del hombre preguntar y cuestionarse todo y esperar es una forma de preguntar. Te confieso algo, no me gusta la gente que acepta las cosas como si fuesen verdades irrefutables, me dan miedo. Cuando se tambalee su mundo no quisiera estar a su lado. Y sobre los sabios sólo cabe esperar que estén cerca nuestro para enseñarnos a valorar de verdad cada momento.

Josefa dijo...

Me ha gustado mucho tu entrada.
La via de un tren como pulsera.
Dos "vidas"que a ninguna se les ve el final.
El reloj "el puente".
Sabemos la que siempre llega y la esperamos;y tambien esperamos que el "puente"sea cortisimo.
Muy bueno Jose.
Hoy,espero con mucha ilusion que llegue el sabado.

tinta negra dijo...

el esperar es bueno si esperas con tranquidad
pero si esperas freneticamente algo dejas de ver lo que el resto del mundo esta pasando.
no te percatas lo que llega a tu vida por el simple hecho de estar esperando otra cosa
interezante
saludos
tinta negra!°

Jesús Cánovas dijo...

Tengo una compañera de trabajo que se llama Esperanza.
Cuando me la encuentro por las mañanas le digo:
-Buenos días “Esperanza”

Sabio, buenas tardes y un abrazo.

Fàtima T. dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada. Clara, concisa y con miga.

Se podría decir que estoy como tú, que soy de los que siguen esperando alguna cosa sin saber muy bien el qué. Me aferro a seguir esperando algo, porque eso de traspasar la barrera de esperar-no-sé-muy-bien-el-qué a no esperar nada (después de haber esperado algo concreto), me da un cierto respeto.

Mientras tanto, me esmero en vivir con la mayor coherencia posible, procurando aprender de todo lo que encuentro en el camino.

Besos.

Unknown dijo...

El de la paciencia es todo un tema. Paradógico. Saber esperar. Desesperar. Y el tiempo que pasa. Es sabio saber esperar. Pero hay que saber. No basta esperar sin saber. Pero para saber hay que tener paciencia.
Me gustó, Jose.

Mariana Chatelain dijo...

¡Jose! LLevaba un buen rato sin pasar por aquí (de hecho sin pasear por la blogosfera) y tu blog sigue un gustazo. Me pasaré más a menudo...

Jose Lorente dijo...

Carlos, mejor que un poco más sabio, un poco menos ignorante. La fotografía (Madoz) apareció por casualidad y elegirla fue casi una obligación en el contexto de la entrada. Me ha gustado la reflexión que haces en tu comentario y me alegra pensar que mi texto haya tenido algo que ver.

Daniel, eres uno de los mejores constructores de escaleras que circulan por la red. Me estoy acordando ahora mismo de esa escena de "En construcción".

Madison, es como decía Lennon: la vida es eso que sucede mientras esperamos que pase algo.

Isabel, a veces toca aprender de los trompicones y descalabros. Sé que tú sabrás sacar buen provecho de ellos en esta etapa.

Anabel, tus comentarios son siempre el apéndice perfecto a las reflexiones que pretendo hacer en mis entradas. Eres para este blog como esos sabios que dices que quisiéramos que nos acompañaran.

Josefa, la imagen de Madoz es muy sugerente e invita a múltiples reflexiones. La lectura que tú haces es interesantísima.

Tinta negra, sin duda impacientarse no beneficia a la espera. Supongo que lo mejor es no ser demasiado consciente de ello.

Jesús, saluda a Esperanza de mi parte, pero mentirías si le dijeras que el saludo viene de un sabio.

Fátima, vivir como dices es una muy buena opción, seguramente la mejor opción.

Blanco, podemos elegir si esperamos o no esperamos, pero puestos a esperar, no podemos elegir si lo hacemos con paciencia o con impaciencia.

Mariana, me acuerdo mucho de ti siempre que veo algo de Madoz, así que en esta entrada te he tenido muy presente.

Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios siempre tan acertados. No esperaba menos de vosotros.

Un abrazo.

Mariana Chatelain dijo...

¡Gracias! a ver cuándo nos vemos, sabéis que estáis muy, muy, muy invitados a venir a vernos
¿Qué tal para "Todos los Santos"?

Podéis alargar un poco el puente y venir a ver el campo francés, y el Georges Pompidou de Metz también si os apetece.