Soy un arquitecto que no dibuja.
Soy un músico que no toca.
Soy un pintor que no pinta.
Soy un fondista que no corre.
Soy un filósofo que no ama
la sabiduría.
Pero por fin escribo..., y ya no echo de menos dibujar, ni tocar, ni pintar, ni correr, ni el amor a
los sabios.
Soy un nihilista que empieza a creer en algo.
3 comentarios:
Grande el poema, Jose, y no sólo como declaración de intenciones, sino como hondura literaria y poética. Me alegra cada vez que das un paso más dentro de la literatura. Un abrazo
Te sobra tarjeta y media, está claro.
No somos nadie
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