jueves, 10 de diciembre de 2009

Los hombres que no amaban a las "miembras"


Me considero un hombre que ama a las mujeres, especialmente a la mía, pero esta entrada no va de eso, sino de la economía del lenguaje. Dicho lo cual comenzaré de otro modo:

Me considero un interlocutor válido en la utilización del castellano, y no necesito que quien se dirija a mí tenga reparos en el uso del masculino genérico para evitar confusiones o ambigüedades que puedan dar lugar a una falta de visibilidad de las mujeres.

Así, podéis hablarme de "aragoneses" que yo entenderé "aragoneses y aragonesas" sin necesidad de que digáis "el pueblo aragonés"; podéis hablarme de "abogados" que yo entenderé "personas que ejercen la abogacía", tanto hombres como mujeres; podéis hablarme de "el hombre medio" que yo entenderé "gente corriente", ya sean hombres, mujeres o niños (entendiendo por esto último seres humanos en edad infantil de ambos sexos)...

El lenguaje dispone de sus propios principios, como el de economía, para que (entre interlocutores válidos, insisto) nos entendamos manejando el menor número de elementos y que de este modo sea un instrumento ágil y flexible. El que quiera ver un problema en esto es que anda muy sobrado de tiempo y de ganas de dedicarse a algo mejor, pues considero que cualquier esfuerzo que se haga en esta dirección no va a mejorar en nada la lengua que utilizamos.

Pero puestos a llenar de palabras vacías e inútiles algunos discursos, entiendo que la reiteración que implica la diferenciación de género en cada enunciado es un recurso muy socorrido para la dialéctica de nuestra clase política. A mí todo esto acaba sonándome a lo de siempre: que nos tratan como si fuéramos tontitos*. Y supongo que por eso nos han puesto un Ministerio: para enmendar tanto anuncio de Soberano y tanta película de Pajares y Esteso que digerimos durante nuestra infancia, y contra la que la educación de nuestros padres y maestros no tuvo nada que hacer, claro.

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* Doy por hecho que todos** habréis entendido "personas deficientes mentales" tanto hombres como mujeres, sin necesidad de decir "tontitos y tontitas", queridos lectores míos ***.

** Doy por hecho que habréis entendido "todos y todas".

*** Doy por hecho**** que habréis entendido "queridos lectores míos y queridas lectoras mías".

**** Pues parece que algúnos miembros no lo dan por hecho tan fácilmente, y digo "miembros" por no decir "miembras".

8 comentarios:

Gomes y Cia dijo...

Brillante, esto debería leerlo todos los meapilas (y aun hasta los meapilos) que pueblan el Congreso de los Diputados, sin diputadas. Pero claro, entonces la señora Aído se quedaría sin sueldo. Yo también estoy de la corrección política hasta los mismísimos (entiéndase órganos sexuales tanto masculinos como femeninos, por Dios)
Tenemos que crear una asociación, un foro o un grupo facebook, lo digo en serio, con algún lema estupendo para luchar contra la estupidez lingüística de este país. Piénsalo.

Thornton dijo...

Quieren rizar el rizo para no parecer machístas y agradar así a las señoras.Pero esta broma no es exclusiva de los políticos, basta con leer una circular en cualquier centro de enseñanza, eso es aún más grave. Además, puestos a rizar rizos debería decirse: aragonesas y aragoneses, por ese orden. Un saludo.

Anónimo dijo...

hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....

David dijo...

Totalmente de acuerdo. No somos imbéciles como quieren hacernos creer nuestro políticos. Creo que cualquier persona, con o sin estudios y que entiende nuestro idioma, no necesita hacer ese tipo de distinciones a la hora de expresarse. A lo que puede llegar la incultura de una ministra y un ministerio innecesarios! Dejemos de ver fantasmas donde no los hay!

Thornton dijo...

Cuando comenzó esta broma de vascos y vascas, la joven ministra no había nacido. A cada uno/a lo suyo. Un saludo.

Jose Lorente dijo...

Muchísimas gracias a todos por los comentarios, especialmente a Estrella que por fin se ha decidido a dejar por escrito sus reflexiones en beneficio de este blog. Consuela pensar que la estupidez lingüística (y en general) de este país es anterior a nuestra generación, pero no deja de sorprender la destreza con la que algunos de nuestros coetáneos han tomado el relevo. Antonio, cuenta conmigo para esta lucha, pero yo iría titulando el foro como: "La mesnada de las causas perdidas". Puro romanticismo. Me encanta.

Thornton dijo...

Jose Lorente, recientemente se ha publicado que asistió a un cóctel en el Thornton Club, y que el champang no le disgustaba. Pásese por el club y lea. Un saludo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Buenísimo. Totalmente de acuerdo. Estoy absolutamente hasta el moño de tantos "jóvenes y jóvenas", "miembros y miembras", "murcianos y murcianas", y más de lo mismo. ¡Qué escasez de mente en estos habladores incultos que se creen sagaces!

Un abrazo, José, y, con tu permiso, aquí me quedo.